Cristalina

No quiero seguir mas allá,
ha pasado mucho tiempo y aquí quiero parar,
echar el ancla,
llegar a la cima de noche
contigo
una vez más,
solo un último sueño borroso,
no pido mucho, que la niebla de la cumbre
que nos dejó hipnotizados
me abrace hoy
por última vez.....

......es maravilloso estar contigo de nuevo
entre la niebla,
en la cima de un segundo,
ya noto el frescor de los recuerdos entrando por la ventana
el corazón late
descolocado
y desordenado
como las piedras en la ladera de la montaña,
tu alma huele a montaña en un descanso,
es el perfume que llevabas siempre
a horizontes despejados
y a libertad,
y tus cabellos sobre el verde campo
tumbada
me elevan sin saber de donde vengo.
Y vengo de tí,
nací el día en que te despediste para siempre
con la mirada avergonzada en mitad del invierno,
si hubieramos intuido
que nunca más nos volveríamos a ver
y que aquel día era un entierro
sin vuelta atrás no lo hubieramos permitido,
los árboles estaban muertos, las campanas tocaban funeral
y nuestros corazones suplicaban
con un ritmo irracional, y acelarado,
pero aun así no lo supimos interpretar,
nunca volvimos a ser nosotros como éramos,
ninguno de los dos
y aun estamos esperando que el tiempo vuelva atrás,
yo he cambiado la piel, ya no soy el mismo
algo quedó anclado en tus ojos cristalinos y avergonzados
como nunca los había visto,
caímos presos y seguimos encerrados en ese día,
yo en vano busco algo parecido
a lo que éramos
pero siempre aparace la injusticia
en cualquier forma sepárandome de todo
y uniéndome a tu recuerdo de nuevo,
desde entonces
he sido varias personas diferentes,
hoy no me reconozco,
pero sin embargo sigo hechizado en ese instante,
camino en sueños por esa calle todas las noches
y hasta mi alma ha cambiado,
pero la niebla de ese día
y tu mirada...tu pequeña mirada cristalina despidiéndose
la llevo siempre conmigo,
hoy sigues brillante
en mis sueños
preciosa
alegre
como eras
y te seguiré escribiendo así,
es mi súplica hacia los dioses
que nos mantienen retenidos en este sueño eterno
en esta inmensa venganza por no escucharles
cuando ese día
repicaron las campanas y desordenaron nuestros corazones
sin saber que era para siempre