sábado, 30 de mayo de 2020

DIARIO SOCIOPATA, CAPITULO 4, AY MISERO DE MI


Hay una caseta alejada de los turistas que es donde se guardan los instrumentos de jardineria, está separada del resto del parque por un seto a media altura con unas 10 mesas cubiertas por árboles altísimos que dan sombra con pequeños puntos de luz nerviosos moviéndose sobre las personas y sus jugadas,
en una de las mesas hay un corro de gente comentando la partida y algunos pasándose cervezas y canutos, son gente que no tiene mucho que hacer, se conocen entre ellos de pasarse el dia entero ahí jugando al ajedrez, la mayoría llevan ropa vieja y descuidada como corresponde a gente que no trabajan pero sobretodo que no le importa nada su aspecto, en cada una de las otras mesas está repetida la imagen de 2 jugadores uno enfrente de otro, como en un duelo, sin hablarse entre ellos, sin gente alrededor, con los mismos gestos en una mesa y en otra casi como en una en coreografia, las mismas posturas, tocando el reloj en intervalos de tiempo como si formaran parte de una orquesta ensayando y con la mirada fija en el tablero, 
un señor que acaba de llegar saluda a otro que está jugando en una de esas partidas, pero aunque le ha visto no contesta, esta en trance pensando en una jugada malísima, en el ajedrez como en todas las disciplinas hay un momento en que entras en trance, igual que los corredores de larga distancia cuando les dejan de pesar las piernas y sienten que vuelan, o igual que los boxeadores cuando ya han roto a sudar y les dejan de doler los golpes y el miedo y empieza el intercambio de golpes que pone a todos los espectadores rugiendo en pie menos a las rubias arregladísimas que van a ver los combates en las primeras filas , ese trance en el ajedrez es mas místico, 
hay un momento en que la memoria parece  un objeto mecánico que puedes manipular con las manos,  parece que puedes llevarla hacia adelante y hacia atrás como quien pasa las páginas de un libro con los dedos, puedes volver a la verdad y a la lógica de una estrategia sin perderte en la subjetividad de los pensamientos abstractos como si fuera una cuerda que te guía dentro de una cueva, me encanta ver a las personas cuando están en ese estado de concentración igual que me ecanta ver ese trance en algunos libros cuando se puede sentir que han sido escritos sin ningún tipo de duda en esa especie de estallido continuo de nervio y de luz bajo el contraste de alguna noche tranquila y oscura como esta…

…Llegué  a casa y en lugar de música algún vecino había puesto en sus altavoces el audiolibro de la vida es sueño de Calderón, había muchos vecinos asomados, podría ser cualquiera de ellos desde los balcones tan enfermizamente simétricos y a la vez tan desordenados, o quizá solo estaba en mi cabeza, y resonaba entre las paredes de mis pensamientos como resonaría hace 4 siglos entre los edifcios, ya cerrados los bares, entre todas las calles irregulares y caóticas, con las chicas haciéndose remolinos con un bolígrafo en el pelo mientras entran en internet pseudo iluminadas por los flexos, con las ventanas cocinando niebla desde sus extractores, con la noche como un gato negro tuerto con un solo ojo amarillo  observándo tranquilo a los murciélagos que rugen nerviosos, con los timbres de los teléfonos que no cogen los viejos y no dejan de sonar a lo lejos, con ese calor tan angustioso que sale del suelo, con el silencio como un cauce invisible entre los edifcios por el que resuena cada vez mas profunda la parte de sueña el rey que es rey, y entonces todos los diferentes colores que había, desde el negro del gato hasta los amarillos  de las televisiones y los salones, todos los sonidos y todos los pensamientos se empezaron a deshacer al mismo tiempo, dios mio, hasta las palabras perdieron su forma, os lo juro, y soñé despierto que todo esto era parte de un mismo lienzo  que se estaba deshaciendo, que las palabras solo son la parte visible de la lírica, su antimateria, igual que nosotros somos la parte visible de la sociedad y del tiempo, y soñé despierto con caballos asomados a las ventanas mirando a las personas acostadas esperando a que despertaran, algunos eran de verdad y otros metálicos oxidados hechos a mano, y me bajé con la bicicleta antes de que todo esto acabara para dejarme llevar por su lírica sin tener que dar pedaladas a lanzarme al rebufo de los autobuses y adelantarles cuando frenan en las curvas cerradas y ponerme a su altura hasta que se alejan  con ese estruendo que hacen los autubeses cuando aceleran por la noche.

jueves, 14 de mayo de 2020


DIARIO DE UN SOCIÓPATA
CAPÍTULO 1, UNA RATA
He estado 2 años sin escribir una sola linea,  y no se porque pero nunca había escrito mejor que durante todo ese tiempo,  cuando miraba un simple paisaje los  pensamientos pasaban por mi cabeza como si me los narrara directamente la propia naturaleza de su puño y letra con esas descripciones contradictorias que tanto le gustan de las leyes invisibles que la rigen, con esas pausas tan largas sin miedo al silencio en las que es más que una evidencia que el tiempo no existe, con esos estallidos de lirica incontrolable aisaldos pero constantes, y con todas esas  personas a las que siempre me ha costado justificar y hasta soportar ni siquiera un solo segundo de su presencia se me aparecian como autenticos antieheroes existencialistas que sobreviven a la defensiva en una injusta sociedad que influye en sus almas de una forma siniestra e insoportable. Un solo cigarro observando por la ventana a la sociedad, con ese silencio terrible que ha estado guardando de quien es complice de un crimen me ha parecido casi un estallido lírico  extendiéndose por las calles como un fluido religioso
No he escrito una sola línea y no lo he necesitado, sin embargo podría decir que nunca había escrito mejor, por eso me ha dado vergüenza cuando me he sentado delante del ordenador y me he puesto a escribir, a corregir, a poner comas, a pensar, como si fuera uno de esos que huyen de las cosas grandes como el amor o el poder porque sienten no van a poder soportar su peso y se conforman con cosas mas mundanas por miedo y por mediocridad. Y me ha dado aun mucha mas vergüenza cuando he escrito capitulo 1, una rata, tanto que sin darme cuenta he ido hacia la puerta y he cerrado con llave, a la rata puedes verla por aquí, tan nerviosa y asustada que es capaz de atacar a cualquier animal mas grande que ella, incluso a animales invisibles e industructibles como la  sociedad, es la rata acelerada y agresiva  que vive arrinconada dentro de mi  corazón con la espalda contra la pared y el pelo erizado, dicen que una rata cuando está arrinconada es capaz de emitir un grito, pero no es un grito exactamente, es mas como el aullido filosofico del lobo y la luna, es como las frases de los diarios de las chicas precoces que hablan de sexo y alcanzan el extasis sagrado gracias al amor tan grande que sienten y al ayuno anoréxico que eleva sus pensamientos hacia un estado superior, el de ellas no es el ayuno siniestro de cadena de montaje de los griegos y de los santos que aspiran a la iluminación tirando la puerta del paraíso a patadas, pasando hambre como el único pensamiento noble que pueden tener,  el de ellas es un extasis puro, hecho a mano por angeles que siguen el método tradicional y natural , el mejor libro que me he leído en mi vida fue el diario de mi hermana, nunca he vuelto a leer nada igual, entraba en su habitación y lo abria y empezaba a leer, daba igual por donde, cada una de sus párrafos llenos de corazones mientras describia como follaba con su novio pasaba por mi cabeza con su voz en off, con el olor de su habitación, y con el miedo y el placer de estar haciendo algo impuro me las llevaba para mi habitación, y tampoco nunca he necesitado, ni escribir, ni las religiones, ni las filosofias para justificar ninguno de mis pensamientos.

TRIATLON

  BAILAR   BIENVENIDA 3 Anoche debí soñar algo magnífico que desatascó el pensamiento algo como una fórmula matemática que resuelve ...