Todas los textos que escribo
no tienen nada de vida,
ya salen muertos,
no hay nada dentro de ellos latiendo,
ya salen muertos,
no hay nada dentro de ellos latiendo,
solo crean la ilusión de algo vivo,
parecen aviones de papel
parecen aviones de papel
lanzados desde la terraza planenado hacia la acera,
solo tienen la emoción de saber donde van a caer,
solo tienen la emoción de saber donde van a caer,
si caerán en la acera y
acabarán
con las huellas de los zapatos marcados de las personas,
o acabarán aplastados
o acabarán aplastados
por la corriente de los coches en la carretera,
no tienen nada que ver con un pájaro encima del aire
acondicionado de un sexto
saltando de pronto libre hacia la copa de un árbol,
estos textos parecen coches sucios aparcados desde hace mil
años en el
mismo sitio, como si estuvieran obsesianados con permanecer
quietos
en el mismo lado,
con el parabrisas lleno de fases-hechas de publicidad,
con el parabrisas lleno de fases-hechas de publicidad,
de cupones descuento del gimnasio nuevo que han abierto
con una foto de una tia sonriente ligeramete sudada con el pelo
recogido
en una cola de caballo y la ropa y la sonrisa muy elástica y detenida
en un instante, como si fuera una imagen del pasado,
de toda clase de juegos de palabras con la palabra pizza,
de pequeños compradores particulares que compran piso
en esta zona, pero todos
de pequeños compradores particulares que compran piso
en esta zona, pero todos
sospechamos que esconden algo general y mucho mas
grande
que lo controla todo por detrás,
de tarjetas de colores chillones de putas donde pone amor foto
real,
y de compro este coche, como el dinero compra las almas por
tres
veces menos de lo que valen,
pero de alguna forma me atrapa su estética,
nunca me han parecido serios los textos
con mar y con palmeras,
ahí no arraigan bien la belleza de las religiones ni la pobreza,
no arraigan bien esas canciones tan grandiosas y humildes
que
tienen como himnos,
no hay trompetistas arrastrando un ampli en su carrito
improvisando por encima del ave maria para los turistas,
y no pudes seguir con la mirada a un pobre metiendo la cabeza
entre las
papeleras
como si fuera el único que sabe seguir el ritmo romantico de
shubert
entre las notas,
ni los pájaros, ni los árboles ni las demás personas,
solo él, un pobre, es el primer bailarin de la orquesta
filosófica cristiana,
donde hasta ir a comprar el pan se convierte en una misión
espiritual que no sirve para nada, pero
de un ritmo constante acelerado que te puede hacer perder la
consciencia y
rozar con los dedos y con los ojos el extasis sagrado,
con las calefacciones puestas a tope de las cafeterías, con las camareras
veinteañeras con camisetas de tirantes y con el frio fuera
chocando
contra los cristales
volando con prisa entre las mesas hacia todas partes
por encima de la probalidad y
de las casualidades que las trajeron hasta este siglo,
haciendo canciones con vasos y con tazas,
y la luz escribe cuentos cortos con rima
interna sin pensar y del tirón sobre ellas,
y luego los va destruyendo
para no caer en la tentación de hacer algo artístico y
que no se agote nunca la ética
y el sentido de lo que está haciendo,
y parecen libros colgadas de un filo hilo casi invisible que
hay en los escaparates de
algunas librerías que
han llegado hasta ahí por algun truco de magia o
un milagro,
donde hasta por la noche, la estructura de las estrellas dibuja
el esqueleto
de animales del zodiaco que representan nuestro pensamiento,
y que hacen un zoom
desde sus constelaciones hasta la tierra, directo hacia un
pequeño
punto del interior de un contienente como si fuera el centro
del universo,
un zoom que primero atraviesa las nubes,
que atraviesa el
edifcio de la cafetería,
que luego atraviesa tu cabeza, tu corteza, y que entra
hasta tus neuronas
tan sospechosaente pareciadas a las galaxias del punto de partida,
pero no se detiene ahi,
un zoom que atreviesa las líneas del pensamiento,
que atraviesa tu instinto de superviviencia,
que atraviesa las imagenes de tu propia memoria,
que atraviesa los movimientos repetitivos de tu comportamiento,
un zoom que llega hasta los confines de tu adn
y que luego te lleva por el camino que recorrieron tus genes,
y ves como se repite tu vida una y otra vez a lo largo de la
historia,
y al final siempre el mismo amor incontrolable convirtiéndose
poco a poco en un amor calmado hacia todas las cosas,
siempe perdido
haciendo que caminas con las mismos trucos y
trampas que hacen los dibujantes para crear perspectiva y
movimiento ,
haciendo que sea la
verdad la que se
acerca a ti, y no tu hacia ella,
y se recoge el pelo con una coleta inmensa mientras viene a
traterte la
cuenta,
y la te pone sonriendo en un platito,
y te parece absurdo pagar con dinero,