jueves, 28 de marzo de 2019

LUCY


Yo no soy un merodeador de la belleza,
aparece por las mañanas ordenando el caos
de los pensamientos acelerados con
una pequeña rima al final de cada frase, como si
estuviera inventándose
un nuevo lenguaje, algo no forzado y natural, como la risa
de las chicas tímidas al final de cada frase,
que parece que cantan en lugar de hablar,
y que bailan en lugar 
de caminar
como si la acera por la que vuelven de la escuela o van a trabajar
fuera un carril-baile que cruza toda la ciudad ,
y cuando echa el humo del primer cigarro del día hacía arriba
avergüenza con sus formas abstractas
no solo a las nubes pasajeras que cruzan por el cielo contando una
bonita historia, sino también
a las calaveras que se forman dentro del humo de las bombas atómicas,
y la gente toma cafés mirándola y hablando con ella y 
también fuman y miran embobados su pelo, y los agujeros
de sus pantalones vaqueros, y los rasgos que ha hecho 
el talento y el esfuerzo en mas de 100000 años de evolución en 
sus gestos,
pero les duele la tripa y van con cara de pena,
porque todavía no saben cuales
son los aliementos y las bebidas que les sientan bien y
que el amor en las mañanas de invierno es insoportable y no
le sienta bien a nadie,
y que más da lo que digan sobre ella, si baila en lugar de caminar y canta
en lugar de hablar,
si esto ya no se puede frenar, empezó a hace mucho tiempo
atrás cuando
los animales se pusieron a dos patas por primera vez y pudieron ver el
horizonte lejano, 
y pudieron
llegar mucho más lejos de lo que llegaban los otros,
y cambiaron la estructura
de la evolución y de su pensamiento
y todas las profecías y la belleza de sus religiones
empezaron a hablar de misticismo y de dioses sabiendo que tarde o 
temprano
se convertirían en uno más de ellos
por encima de lo que esté bien o mal,
y con la guerra vencieron a sus enemigos y no tuvieron piedad,
y qué más da que fuera
justa o injusta, si la guerra alimentó sus pensamientos con gloria
y con recompensas.
Yo hago la guerra contra mi, y no tengo piedad ni me doy un solo
segundo de respiro,
en mis gafas de sol se pueden ver 2 galgos
ahorcados balanceándose de la rama del árbol mas alejado, pero
no se sabe bien
si es el reflejo de lo que estoy mirando o esos dos perros son
mis ojos que se intuyen
através del cristal,
pero a nadie le importa,
son solo dos perros muertos reflejados
en unas gafas de sol, dos perros colgados más de tantos que hay
por la ciudad,
y escribo comentarios debajo
de los videos de las sinfonías en internet,
qué más da cual, en todas dicen lo mismo, bebamos para que ocurran cosas,
y por mi sangre corre tecnho y el profundo racismo provinciano
de los productos de mi pueblo, por eso me gusta el odio, la educación y
el rock urbano y
a falta de acantalidos y horizontes despejados miro tus pantalones rotos
ajustados enseñando la rodilla como si fuera un campo seco castellano
en las mañanas de agosto cuando aún son delicadas

viernes, 22 de marzo de 2019

SOLO CREO EN EL PRESENTE

No me hace falta ser adivino
para saber como voy a morir;
me matarán las películas tristes
y la serpiente que recorre
mi cintura con la lengua de hebilla
me ahorcará de la lámpara de la cocina
cualquier
domingo
deprimente
como
este,
me matará la piedad del buen doctor
que me inyectará durante 12 horas seguidas un derivado
industrial de la planta de la alegria
cuando ya no pueda soportar mas dolor
y durante ese tiempo no miraré al crucifijo de la pared,
ni pediré un cura, ni querré que
venga nadie, solo miraré hacia la ventana del hospital
y querré estar solo
como si soledad hubiera sido mi única familia y la ventana
el único símbolo
de mi religión,
y verére flejada
la sonrisa de una de veinte
enseñando medio culo
con un pantalón corto y unas piernas elegantes
y fuertes,
me matará una mezcla de farlopa y tranquilizante
que yo mismo me recetaré
para conseguir dormir de una puta vez
despues de
2 nochse electrizantes,
me matará una resaca inmensa y triste como un elefante,
me matará la puta indecente
que me deja follar sin condón
que dice
no-seas-malo 
pero luego no-dice-que-no,
me matará una final de infarto contra el fenerbache,
me mataré en algún accidente;
me congelaré solo escalando en mi montaña,
chocaré con un camión de frente mientras escapo de la gente,
o resbalaré y me rompere la cabeza en el baño de las pajas,
y la ciudad lloverá sin parar para limpiar mi absurda historia,
y lloverá durante una semana sin poder controlarse,
pero nunca será suficiente,
debería llover detergente.
Antes de morir la vida se llenará de símbolos 
que solo yo podré entender;
veré un chaval con un balón de basket
y me acordaré de mi primer balón
de su olor
y de como bajé como un rayo a encestar al parque,
entrará en casa mi vecina disfrazada como un ángel
con tacones y medias de rejilla a enseñarme su disfraz de carnaval,
el mismo disfraz con el que las vírgenes me recibiran en el tercer agujero
del infierno de dante,
tendré una última pesadilla y sudaré como un cerdo
para volver a dormir de nuevo cómo si ese fuera mi último deseo,
entonces soñaré con las marcas que hacian mis padres en la pared
para ver cuanto había crecido cada año
y me daré cuenta que mi espíritu se fué haciendo cada día mas pequeño,
todo se llenará de símbolos pero yo no creo en el futuro,
y solo creo en el presente

lunes, 18 de marzo de 2019

POV



Hay una abeja dando vueltas en el suelo de la cocina y 
hacia allí han ido todas las hormigas de la casa en fila india hasta
formar un único y asqueroso organismo vivo por encima,
imagino a todas esas hormigas encima de mi
arrancándome las patas y las alas, despedazándome con sus
mandibulas sin poder hacer nada, me imagino dejando de luchar,
sin defenderme, entregándo ya a la muerte transportando el
pensamiento hacía
las cosas buenas que había olvidado de mi vida,
viendo a todas las personas
que he conocido que están muertas, escucharlas llamándome con alegría,
sintiendo que por fin ya no tengo miedo, incluso
viéndome a mi mismo, incluso viendome antes de haber nacido,
viéndome en
otros mundos, sin formas, sin tiempo, con una sensación de inmortalidad
y de ser el dueño del universo,
hasta que vuelve el
dolor insoportable y el ruido
del enjambre de sus cientos de antenas y de ojos rabiosos
y de tenazas enloquecidas despedazándome, y trato de escapar en
un último intento empujando con todas mis fuerzas, intentando un
último vuelo lleno de odio, pero ya no puedo, solo consigo
dar vueltas por el suelo cada vez con menos fuerza,
y entonces vuelven los familiares de nuevo y
la gente del pasado y esa sensación de que no hay nada que temer
mientras veo  los trozos que me van arrancando flotando
por encima de la fila india de hormigas que
recorre todo aquel suelo tan blanco,
pero vuelve otra vez el ruido
así que bajo a protestar a la obra del vecino cuando veo que han
unido un martillo al ruido de la sierra,
la puerta de la casa está entreabierta como si me estuvieran esperando,
hay plásticos por todas partes
y está toda cubierta de yeso blanco, parece la habitación de un sueño
con apenas un par de muebles aislados para que te fijes bien en ellos,
como si fueran símbolos que tienes que desentrañar luego
cuando despiertes,
hay un loro en el suelo con musica búlgara, un teléfono antigüo, y
una escalaera, todo envuelto en un extasis de olor a pintura, y con
los trabajadores del este también cubiertos de yeso blanco, sin
que se les
vea bien el pelo ni la cara, imagino para que tu les pongas el rostro de
familiares muertos o de gente que
has olvidado,
y dicen que pueden
trabajar el sábado si quieren y si les da la gana,
y yo digo que también puedo llamar a la policía para
que suban a ver si tienen todo
en regla, cuando vuelvo a casa ya ha parado la obra pero no consigo
seguir durmiendo,
en mi cabeza suena un pitido constante
como de miles de hormigas formando un 
organismo vivo con esa forma asquerosa que tienen
las palabras por encima del papel en blanco, pero no he intervenido ni he
querido cambiar su naturaleza,
solo he puesto un título y he dejado que ocurriera

martes, 12 de marzo de 2019

UN DÍA DE PARQUE

UN DÍA DE PARQUE

Los fines de semana la gente escapa de esta ciudad al mar o la montaña,
yo me quedo tumbado en el césped del parque enfrente del lago
durmiendo delante de todo el mundo
en un sueño único en el que cada segundo vale por un año de sueño normal,
entonces el sol empieza a calentar
y desaparecen las corrientes invisibles
que arrastran a la sociedad
y todas las leyes que la rigen bajan de sus alturas y 
empiezan a pasar en vuelo rasante descarado 
hasta casi poder tocarlas con la mano,
los gritos de los niños cambiando los cromos de la liga 
dejan de taladrarme la cabeza y se
vuelven hipnóticos y llenos de alegría, como en un mercado en la 
prehistoria de la religión capitalista
cuando solo existía el trueque justo y natural,
y las chicas que se han quedado solas el fin de semana 
diciendo que tenían que estudiar pasean escotes imposibles
y los camellos las silban desde lejos
y los indios las venden cervezas
y los hipies
collares y pulseras que se prueban mirándose
en la pantalla del teléfono desde todos los ángulos posibles,
y los saxofones que conspiraban jazz contra el reinado de la armonía
escondidos entre los árboles del parque
las dedican canciones de amor para adolescentes usando 
los ruidos metálicos que los autubuses y las obras que cruzan por la ciudad 
hacen sin querer,
y yo las voy poniendo una letra,
y la fina capa de palabras se mueve al mismo ritmo siniestro y templado
que las aguas estancadas del lago
con sus siluetas de peces histéricos chocando entre ellos y
peleándose por cualquier cosa que
se les cae al agua cuando se pasan los porros y las latas de cerveza 
y las bolsas de patatas
mientras toman el sol en bikini encima
de las barcas,.
Los fines de semana la gente escapa de esta ciudad al mar o la montaña,
yo me quedo tumbado en el papel en blanco
y la autopista que suena por encima y que rodea a la ciudad con su enorme curva
cerrada parece el dragón chino que oscila entre el bien y el mal
dando vueltas sobre si mismo para encontrar la mejor posición y echarse a roncar
día y noche durante otros 100 años más,
y un gitano rumano que va arrastrando 
con su carro una enorme forma abstracta de chatarra
que ha ido recogiendo en los contendores se cruza con un niño al que llevan
en un carrito agarrando un pequeño currusco de pan,
y ni las cláxones de los coches, ni la gente,
ni toda la música de la ciudad lo conseguirán despertar.

miércoles, 6 de marzo de 2019

LOST IN THE SUPERMARKET 2



Miro una idea desde todos los ángulos posibles
como si estuviera eligiendo un melón en la frutería del supermercado
y la doy un par de toques y pego la oreja
para ver si tiene alguna historia que contar detrás que haga
que me sienta poderoso atravesando el papel en blanco
junto a ella,
que consiga que las palabras se vuelvan libres y salvajes
solo controladas por las leyes naturales de la rima y de la armonia,
igual que se mueven libres y salvajes las mujeres dentro de los estrictos pasos
de baile de las coreografias,
y sin necesitar nada más,
solo los 5 sentidos representados
por 5 símbolos, o 5 obsesiones, o 5 animales domesticados,
por eso le pido a las palabras que se pongan el vestido con olor a nuevo,
color vino del zara
de esa tela tan tan ligera, para que con en el más simple descuido o
la mas mínima corriente de aire pueda quedar libre la rodilla,
y que entonces los otros 5 sentidos invisibles y contrarios,
los 5 puntos cardinales
o los 5 animales salvajes
aparezcan como en una onda expansiva entre los pasillos del supermercado,
y no olvido que la gente necesita un argumento,
ya se que odian todo lo que sea abstracto
y lo consideran una ofensa personal a su inteligencia y necesitan algo a
lo que agarrarse,
por eso les recuerdo que estaba en el supermercado,
que las puertas automáticas se abrieron mientras saludaba al pobre de la
entrada con un gesto de que no tengo nada,
que en las estanterias de los pasillos
estaban todas mis ideas iluminadas empaquetadas
y ordenadas según su peso y la fecha de caducidad,
que no han sido libres ni siquiera en su nacimiento,
que ya nacieron en el matadero o en el invernadero,
con miedo, y con enemigos, y con paranoia,
y que solo el poder o la ignorancia
las hizo un poco justas y bellas,  
absolutamente nada más,
que mientras se abrían y se cerraban las
puertas a última hora del día,
con la calle ya oscura ahí fuera, una chica recién salida del trabajo
sin haber pasado aún por casa
elegía qué llevarse para cener esa
noche, y se le levantaba un poco la falda roja de zara al estirar su mano hacia los
paquetes de soja y se le quedaba pegada a la electricidad de la
pierna, mientras por supuesto sonaba de fondo el hilo
musical del supermercado sin dejarme escuchar el vacio dentró de un melón piel
de sapo

TRIATLON

  BAILAR   BIENVENIDA 3 Anoche debí soñar algo magnífico que desatascó el pensamiento algo como una fórmula matemática que resuelve ...