Cuento de invierno

Esto no tiene nada que ver
con la sangre y el sudor
aquí se vomita
la mentira
la verdad
los sueños
la diversión
el estilo directo
de pastor
de rata de ciudad
no se escribir con la mente
escribo con la noche
y con el único freno
de la melodía
esa zorra falsa
que nunca me abandona
siempre está presente
la he intentado ahogar
cegar
ahumar
venderla
entregarla
pero nunca muere
nadie la quiere
y no me extraña
aquí está
aquí continua
solo ella me frena
y solo ella conserva
un poco de elegancia
mi objetivo matarla
no me gusta medir las palabras
me da vergüenza
ni girar
ni dar rodeos
ni dar vueltas
¿que hacen aquí las normas?
¿las reglas?
el mapa del ser humano
no está en un escritorio
está en la calle
con la gente
yo no escucho en la vida
ninguna melodía
ni rimas
ni ninguna estructura
que sabrán en la universidad
del frio y del miedo
y del lobo aullando
esto no es un trabajo
si nadie compra poesia
ni para pasar el rato
se compran antes los ladrillos
esos que pesan 10 kilos
la catedral de la pesadez
el código pesado
incluso entre los clásicos
los libros mas pesados
inaguantables
enfermos de escritorio
repetitivos
relamidos
hasta los buenos
cualquier cosa
todo menos poesía
la montaña mágica pesada
100 años de pesadez
en busca del tiempo pesado
fausto el pesado
Ulises el pesado
esos mismos en su juventud
tuvieron sangre
en su vejez eran asesinos
de su reputación
de las normas
del estilo
pero pasaron por esa oscuridad
de hacer de sus letras un oficio
en el cine hay mas poesía
que en la propia poesia
y venden mas
tan difcil es hacer un poema
como una pelicula de eric Rohmer
donde no pasa nada
donde no hay normas
donde no hay explosiones
no hay artifcicos
no hay rodeos
no hay reglas
donde simplemente pasa el tiempo
y se despide uno a la Francesa