LOST IN THE SUPERMARKET

Llevo demasiado tiempo usando la imaginación
como si fuera un instrumento musical con forma de carretera
que parte en dos un descampado castellano de esos que ya solo rezan por convertirse
en una urbanización de chalets adosados
con psicinas y jardines privados, iglesia, club, y sobretodo un superrmercado
donde las personas puedan elegir entre miles de
productos de colores, que como sus ideas, cuando caducan alguien 
las sustituya por otras nuevas; el reponedor del telediario, el del miedo o el del amor,
con carnicerias de carnes rojas adolescentes con corte de lencería fina y
pescaderías de mariscos con bogavantes aun vivos
con las pinzas atadas mandando versos agonizantes
atraves de ese wifi que usan los animales directo al universo entero,
y describiendo con esos dos botones en 360º que tienen por ojos
el espectáculo costumbrista del supermercado cada sabado
por la mañana,
con esas vistas privilegiadas que tienen de la preciosa 
perspectiva en fuga del pasillo de vinos y licores
y con todos esos seres magicos en primer plano 
que cogen turno en la pescadería tarareando el hilo musical.

En esas mañanas de sábado cuando aun duermes
y una nube se interpone entre el sol y los agujeros de la persiana
y la luz de la habitacion baja su intensidad de golpe
soy capaz de resolver la derivada de
la curva que hace tu espalada junto al tiempo que te queda por despertar,
sentir en el final de tu fase rem
asentandose a la mutación constante que el entorno va haciendo en los
pensamientos
conectados de alguna forma a tu cadena del adn
sin necesidad de entender cómo pasa,
igual que me llega el mensaje de las canciones árabes tristes aunque
no entienda la lengua en la que están escritas,
y puedo ver como te vas alejando de los sueños hasta
ponerlos en la tierra,
siempre me ha gustado cómo entras en el supermercado
y se abren las puertas automaticas y tienes la poscion de todos los productos
controlados en la cabeza,
si fuera un milenial absurdo
te tatuaría en mi antebrazo recorriendo pasillos
y llenando el carrito de botellas de vino