CUENTO DE NAVIDAD

Siempre me ha gustado perder la mirada en la nada

pero no como esos que están todo el dia fumando porros y 

se quedan mirando al vacio fijamente, que también,

yo ya lo tenia desde pequeño, desde mucho antes,

¿sabes cuando cierras los ojos

con el sol en la cara y todo se llena de puntos cálidos que se mueven de

un lado para otro sin necesidad de seguir una línea recta ni pasar por un

punto intermedio?

pues eso es mi religión,

eso es en lo que creo yo,

siempre me han interasado las leyes físicas 

que rigen la nada cuando se extiende por encima de la realidad

como cuando una nube se estrella contra los últimos pisos

de las torres de

la castellana y va cayendo durante todo el día por la ladera de las cristaleras 

como un cascada espesa

ocultando poco a poco las luces led de colores de las ventanas hasta

no saber distinguir si son las 4 torres o cuatro piernas

fumando asomadas a la terraza de la azotea con medias negras con

purpurinas de colores eléctricos pegadas por toda su textura.

¡¡¡Que zorritas han venido las chicas de la familia a la cena de nochebuena¡¡¡

y sentir aun su purpurina por la garganta y ese sonido

que hacen cuando se rasgan sus propias medias enfrente de tu cara como si

pricewaterhousecoopers rompiera con un martillo las ventanas de

sus propias oficinas

y todos los cristales cayeran crujiendo

sobre tu boca,

y los niños se agarraban a sus piernas mientras ellas fumaban asomadas y hablaban

de sus cosas jugando a esconderse con sus patinetes nuevos,

y salíann y entraban por debajo de ellas como por las mañanas

entran y salen los ejecutivos encorbatados a por los menus de

los restaurantes ,

me gusta poner musica y que bailen todos juntos,

que parezcan todos puntos 

como esos que aparecen cuando cierras los ojos cara al sol

que llegan desde todas partes del pasado y del futuro

creando formas concéntricas o piramidales

que no tienen nada que ver con lugares para vivir

ni hechos por la casualidad de la naturaleza.