LIBERAD A WYLLY

La mañana es fría y
entro en la clínica con cara de dolor, pero enseguida la cambio y pongo la
de clint eastwood al ver
que el dentista de siempre no está y en su lugar
hay una chica, así que entro como entra Clint en el despacho de la
psicologa de asuntos internos de la comisaria observando todo con
indiferencia y con los ojos entornados,
pero estar ahí con ella encima hurgándome en la boca me incomoda,
yo cuando estoy tumbado con una mujer me gusta llevar la iniciativa,
no soy de esos que tienen mucho poder
y luego en la cama les gusta que les zurren,
yo si hay que zurrrar zurro yo,
a menudo salen fotos de orgías de dirigentes
de grandes empresas y ministros, gente muy acostubrada al poder y a mandar
y luego salen en esas fotos
en las que les dan latigazos y les escupen y les dan por el culo mujeres
disfrazadas de nazis con pollas negras de plástico,
y eso para mi
se aleja mucho de lo que es una fantasia sexual,
yo soy un mindundi y siempre estoy tragando, es
posible que por compensar en la cama me guste todo lo contrario,
el caso es que me siento incomodo con la rubita hurgando, mandando y
teniéndome a su merced,
no se si hacerme el duro y dejarla trabajar como si no tuviera miedo,
o poner cara de pena y hacer de desvalido para que vaya con mas cuidado,
no se que tipo de personaje le llegará mas al corazón,
todos apostamos por el valiente
pero hacerse la víctima también funciona, y mucho,
menudos listillos que son algunos.
No estoy nada excitado y eso que la tengo muy cerca
y puedo ver los pequeños detalles de sus pupilas, oler su body cream,
cada poro de su piel,
unso mechones que se han escapado de su cola de caballo haciéndome
cosquillas en el brazo,
y sus manos dirigiendo mi cabeza y ordenandome que no me mueva,
pero no siento nada, sin duda no soy nada masoquista.
Cuando salgo caigo en la cuenta que hace dos horas
que tendría que estar en el trabajo
y que tengo la mañana libre y entera para mi
para dormir
para descansar
o para hacer lo que quiera,
y con la boca aún dormida me pongo
el primer cigarro del día en los labios sin sentirlo
y tengo que morderlo como si fuera la pipa
de un lord ingles respetado
al que acaban de dar por culo y escupir
y hacer andar de rodillas en su apartamento-picadero al salir
del noble consejo de ministros todopoderosos.
Entro a la farmacia a comprar lo que me han recetado,
estoy feliz observando como es la libertad una mañana de diario,
y como es la ciudad para la gente libre,
en la cola encuentro las primeras personas libres del dia,
son señoras que se toman la tensión y conversan entre ellas
sobre achaques y enfermedades con dosis de humor negro oscuro,
ha sido toda la vida en
un larguísino camino para llegar a poder reirse de todo,
y tienen toda la mañana de libertad
para sonreirle al nieto, también libre y feliz, que come en el carrito
un currusco de pan,
un señor tambien libre con las patillas de Isaac Asimov
comenta que la familia le ha encargado no-se-qué y que
vivir en familia es una condena
y algo primitivo, y que la humanidad debería vivir su individualidad y
no como animales en camada,
y todos en la farmacia nos reimos de lo que dice Asimov sobre la familia,
porque hoy somos libres, aunque hayamos pagado un precio muy alto
para ello,
algunos con toda una vida,
yo con el dentista,
y el niño con salir del vientre de su madre a esta ciudad
tan fría hace apenas 1 año.
Y hay una mujer esperando
que no sonríe
aunque ella tambien es libre, pero de otra forma,
su marido trabaja y los niños van al colegio,
y tiene toda la tarde por delante, irá al gimnasio,
o hará lo que quiera,
también hay un chaval de veintitantos que tampoco se ha reido,
se acaba de levantar y ya está desganado,
ninguno de los dos tienen nada que hacer en todo el día
son libres para hacer lo que quieran pero los dos parecen atrapados y no
se ríen, y es que la libertad tiene un precio muy alto
y nunca hace rebajas
y ni mucho menos regala nada.
Me toca pedir mis antibioticos
fuera llueve
es un gran dia
aqui en el sur la lluvia es la libertad
y el sol es la condena de todos los días.