DEPÓSITO MEDIO LLENO

No utilizo el deporte como terapia porque no me gusta mezclarme
con deportistas, y cuando hago deporte solo, compito contra mi yo, que
me tiene cogida la medida y siempre me acaba venciendo,
mi terapeuta es francés, pero fabricado aquí en españa,el señor citroën sobretodo sabe escuchar,
sabe que en la forma de describir lo que pienso
puede verse lo que tengo en el inconsciente,
así que me dejo llevar
mientras atravieso la españa seca por la carretera,
sé que dentro de mí solo hay mierda
y no espero encontrar una superioridad moral
que justifique absolutamente nada, pero si me gustaría bajar el nivel de
frustración aunque solo sea un poco.
En mitad del camino me doy cuenta que podría quedarme aquí tirado
por un problema mecánico
y no sabría decir donde estoy,
no encuentro ningún punto de referencia,
no hay nada en este paisaje sin árboles ni montañas, parece que estoy
en mitad de la nada,
aunque no me asusta ni me parece un mal sitio,
siempre acabo encontrando algo
de belleza en cualquier lado, aunque sea mirando
las formas de las nubes y el horizonte despejado como si
fueran un eje de coordenadas
por el que cruza una pequeña frase que rima
y la estela de una pareja
que me adelanta despacio en un opel astra
como si esto fuera un mar tranquilo por el que pasean volando juntos
él al volante
y ella
con unas sandalias de cuerdas
apoyadas en el salpicadero
conquistando el horizonte km a km con elegancia y con
descaro,
y si mantengo esta velocidad
le voy ganando 20 km a cada hora,
así que si ahora son las 12:30 llegaré sobre las 5,
en los números que predicen el futuro también encuentro belleza,
el sol aprieta y el aire que entra está caliente pero nunca pongo el aire,
lo artificial aunque sea cómodo
no me convence y además el coche así no huele a cerrado,
la radio no funciona bien,
me robaron la antena hace años y nunca he comprado una nueva
y tampoco he querido robar otra y participar en la cadena alimentaria
de la vida,
el único problema es el silencio, que me hace oir las manecillas del reloj
como si fueran martillazos,
así que siempre estoy buscando una emisora,
y la radio después de hacer un barrido acaba parando en la única que se
escucha bien, en la que
están echando un partido de balonmano que no me interesa nada,
pero enseguida tomo partido y voy con el que va perdiendo
a muerte,
voy con el que tiene que remontar
como un quijote de estas tierras de la mancha que estoy cruzando,
voy con esos a los que el tiempo se le hace mas corto
empujados por un dios que les da
fuerzas adicionales cuando luchan contra lo imposible,
voy con el que tiene esa sangre
y ese empuje de querer darle la vuelta a las cosas,
voy con qatarque tiene que remontar 7 goles ante eslovaquia en el mundial sub19 de balonmano
como si toda mi filosofía de vida fuera en ello.

Al final se fué la emisora poco a poco y
solo he llevado el ruido de la radio acompañándome todo el camino
y por ese miedo al vacio no la he quitado,
no se si han ganado o han perdido
y me he olvidado del partido,
y bajo las maletas sin prisa
y me siento junto a la terraza
a descansar
y abro la persiana de la cristalera
y me pongo a observar las palmeras y el mar
y a los pájaros cruzándose en todas direcciones,
no he encontrado nada que no supiera de mi en todo el camino
o que me sirva para algo,
un buena terapia debería tener fin
y esto no lo tiene,
mirarse se parece mas a un vicio que a otra cosa,
un buena terapia es una pelea gitana,
o conocer a la muerte cercana desde pequeño, o tratar de
remontarle a la vida los 7 goles en contra que lleva de ventaja,
y el miedo,
el miedo es la única terapia que te pone en tu sitio.
A estas horas, predichas por la belleza de los números,
y por estas cosas de la refracción de la luz
la cristalera de la terraza hace espejo
y un gorrión se estrella contra el cristal pensando
que el reflejo que ve es parte del paisaje y se puede adentrar en él
con su fuerza y con la armonía de su vuelo,
y suena el golpe bastante fuerte,
el pájaro rebota
y luego sigue a lo suyo