Un vidente

No creo lo que dicen las palmas de tus manos
ni la influencia de tus astros
pero tampoco creo en tus estudios y en las notas que sacaras
en tu carrera de astrología capitalista,
tampoco creo en tu personalidad
como un castillo de arena de mas o menos consistencia
esperando como todas en la orilla a que suba la marea,
no creo en lo que dicen los que te conocen
y ni mucho menos en como crees que tu eres,
tampoco creo en lo que escribes cuando entras en trance
y tocas alguna verdad escondida con las punta de tus palabras,
ni siquiera creo en las caras que pones cuando te has olvidado
de que te están observando
o estás muerta de miedo tratando de controlarlo,
no creo en tu lado bueno ni en el malo
ni en tu tono de voz
nervioso
pero valiente al mismo tiempo,
no creo en nada que tengas por encima
y tampoco en lo que tienes controlado
pero mañana por la mañana cuando te vayas no hagas la cama
déjala así
como esté
y no muevas nada,
yo solo creo en los dibujos que hacen los sueños
sobre la cama desecha;
cuando la luz de la mañana ilumina las sabanas
se puede ver perfectamente si estás en paz
y si tu lucha interior entre el pasado y lo que está por venir
y entre las normas y tu libertad está ganada,
si ya habías firmado la paz
después de haber luchado en la gran guerra durante el día
y si tus sueños solo conmemoran esa batalla
con grandes profecias que se ven nitidas bajo la luz de las estrellas
y se pueden ver en ellas que los lobos de tus sueños no te atacan como a un animal indefenso
y solo aullan a la luna como una manada de tenores decorando
el silencio del paisaje de tu fase REM