sábado, 4 de noviembre de 2017

El mono orgulloso

Hasta aquí arriba no llega el canto de libertad de los pájaros,
solo llega el canto de la televisión a toda tralla
del vecino jubilado de al lado,
es una melodia de anuncios y noticias que atraviesa la pared
retumbando al mismo volumen que un after de madrugada
pero no seré yo amante de las libertades y de los after quien le diga nada.
Abajo en la calle cantan chirriando las ruedas oxidadas de
los carritos de compra que arrastran las señoras
llenos de verduras y cadáveres que nunca han llegado a ser libres del todo y
eso se nota en su sabor y en su caracter
igual que nos pasa a las personas con la educación y con las normas,
y también canta como siempre de fondo ese inmenso coro,
ese rio que atraviesa la ciudad
con 6 carriles en cada dirección y puentes que lo cruzan por encima
con chicas que nadie sabe hacia donde van
aunque ellas si parecen libres con las faldas al viento como
las alas de las gaviotas planenado por encima de la civilización,
y yo paso arrastrándome por debajo del puente con la hora pegada al culo
atrapado en el atasco, escuchando el cd que me han grabado un colega
de blues triste que no entiendo lo que dice
aunque el mensaje si que me llega.
Y cantan cada 10 segundos los pájaros
en sus jaulas samsung galaxy que nunca jamás se callan sin bateria
y cada vez que suena uno todos miran en su jaula a ver si es el suyo,
y siento que necesito escuchar un poco de silencio para
encontrarme
conmigo
mismo
porque cuando me tapo los oidos los sigo escuchando a todos
aunque no quiera
y ni siquera confio en los sueños para saber quien soy,
hasta los sueños tan profundos y libres están atrapados en todo este ruido
y tengo la sensación de que el despertador siempre me interrumpe
cuando me están presentando a  mi mismo
justo antes de darme la mano
y sin haber llegado a conocerme del todo,
asi que no se como soy de verdad,
solo se mi nombre,
que tengo muy muy buena pinta y
que soy de esos que se despiertan frustrado y de mala hostia, eso si lo sé,
de lo demás desconfío y no tengo ni idea si es verdad o es mentira
porque estoy seguro que todo lo que hago lleva unas cuerdas
que vienen desde lo mas alto
como si yo fuera una marioneta sin alma ni corazón en
una funcion existencialista
de 24 h continuas
de esas que hay en las escuelas de actores
de la que no me puedo levantar e irme aburrido como hace todo el mundo
porque por desgracia soy yo el protagonista
así que tengo que aguantar aquí
defendiendo este guión de mierda como pueda,
y en el papel en blanco tampoco me encuentro,
aquí también soy una marioneta de madera
solo que bastante mas mentirosa que la del cuento,
si por mi fuera lo que escribo sería más libre;
palabras libres y rítmicas
con un extraña vida propia
como un culo grande sin bragas
dentro de un vestido de flores
caminando constante
de espaldas
y apuntarian siempre hacia lo mas alto
como un zapato
con el tacón clavado en la acera y la punta hacia arriba
esperando en la puerta del gimnasio a que salga la amiga
para irse a tomar algo,
pero no lo consigo,
ni siquiera me acerco,
así que para encontrarme he tenido que coger el coche
y hacer unos kilometros
y luego andar sin sentido tirando hacia arriba
perderme por la sierra y salirme de los caminos de tierra
escalar una roca y
depender solamente de mis dedos bien agarrados en una grieta
y pasar un poco de miedo para darme cuenta de que sea quien sea
no importa, que lo único que importa es que estoy solo y que solo dependo de mi,
y que si me suelto
y me abro la cabeza
ahí tirado nadie me va a ayudar,
y aproveché y seguí hacia arriba atento a que había después de
esta reflexión con forma de roca, y llegué hasta el sonido del
nacimiento del rio
que es un sonido precioso que no se sabe de donde viene;
parece que viene de debajo de la tierra
como si la montaña susurrara un secreto a voces
bajito
entre las rocas
diciendo
cuidado
que se escapa el tiempo,
y me quedé mirando un punto en la lejania
sin saber bien si era una vaca
o un oso violento
mientras pensaba cosas que no llevaban a ningun lado
y según pensaba unas cosas u otras
a veces me parecia una vaca y a veces un oso,
y escuchándome por fin solo
a mi mismo, agotado,
sentí el latido del corazon sonando fuerte
y acelerado por las alturas y por el cansancio
como un pájaro carpintero haciendo un agujero en
la garganta desde dentro,
y fuí sientiendo como poco a poco lo iba controlando
y unos pájaros azules se me acercaron
y un cervatillo se puso a comer enfrente,
¿y que más da si es un oso o una vaca?, está lejos,
todos los animales me estaban diciendo que yo era uno más de ellos,
nada más,
quizá por eso me gusta recoger
con los pies
las cosas del suelo

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