Canción tridimensional

Yo lucho contra la derrota

como un niño luchando contra el sueño;
con
todo
en
contra.

Los dioses han ido apagando las luces

poco a poco

y solo han dejado una tenue luz de esperanza

que ilumina la habitación entera con
un tono de belleza meláncolica y cálida,

afuera hace frio pero en la manta se está caliente

y el sofá es inmenso para tumbarse con ella
pero lucho a patadas

y me quejo porque no quiero dormirme
y quiero ver la película entera,

pero no hay nada que hacer y

al final la esperanza me engaña para cerrar un poco los ojos

dando vueltas a los pensamientos
como un gato ablandando su almohada,

y cuando encuentro el pensamiento ideal

ya es demasiado tarde
y me atrapa en un sueño profundo y placentero,

y cierro los ojos y escucho las voces

de la película de dibujos

como si fueran una nana llena de paz 
con la diferencia bien marcada
entre lo que está bien y lo que está mal
mientras me invade un sueño
en el que voy volando
chocando suavemente contra el suelo y las paredes
sin que me pase nada,


los niños han estado jugando toda la tarde

y bajaron emocionados al parque

cantando "que esté pedrito que esté pedrito"
sin parar

y cuando dije que se callaran de una puta vez 

ellos cantaron aún mas alto,

a veces recuerdo el poder de la psicología inversa 

cuando ya es demasiado tarde.

A pedrito lo conocieron ayer

y ya piensan que es su amigo del alma,

en eso si se parecen a mi como gotas de agua,

yo también era como ellos y pensaba
que la amistad era algo fuera de toda duda,

alguien de un solo día era un amigo para toda la vida, pero

no se si debería explicarles que hay que ponerle riendas

tambien a los sentimientos buenos,

igual que al egoismo
o al miedo
o al amor y a todos esos sentimientos que pertenecen al
lado malo de las peliculas de dibujos animados,
o hacer como hacen todos y
dejar que vayan templando su caracter a base de erosión
y que solo puedan disfrutar de la gran victoria
cuando sea demasiado tarde
y solo queden pequeños momentos
de gloria
como sobrevivir a una tarde dura
pero acabar llevando a los niños en brazos por el pasillo

como enemigos derrotados
cuando por fin se han quedado dormidos

uno a uno

cuando aún ni siquiera han acabado esa película de dibujos
con la diferencia bien marcada
entre lo que está bien y lo que está mal,
con la luz tenue
y una manta
y un vaso de leche caliente 
y las voces de los personajes de dibujos erosionando muy poco a poco 
y mezclándose con el sueño de reyes del mundo
mientras van volando por el pasillo estrecho
hacia la derrota final