El coro de la esquina

El sol de invierno no calienta la ciudad
solamente ilumina las grietas en las caras
tan llenas de esperanza en que vuelva el verano,
aunque ya nunca llega, ni siquiera en pleno agosto,
y hay iglesias frias en cada esquina
con un coro cantando el ave maria
para pedirle a dios que regrese lo imposible,
mientras afuera en acción paralela
un angel cojeando recorre las papeleras del parque,
yo lo veo cruzando por encima de la autopista de 6 carriles
3 hacia el mal
y 3 hacia el bien
al menos eso dicen la cartelera en las sinagogas
por el puente se aleja de la plaza de toros
de los aplausos de la gente
y de la sangre
de la juventud invencible
y de los veranos del pasado
y de los viernes por la mañana donde no importaba nada
la juventud se rie de la vida a carcajadas
de la vida y de la pobreza
y del bien y del mal
le espera la noche
inacabable
que le ha prometido sexo debajo de alguna estrella
imposible de alcanzar,
yo rezo a las diosas que me cruzo por el camino
maquilladas
con tacones
y la ciudad ahí afuera se muere de frio y de hambre
mientras todo el coro
a la vez
estira el ave maria
y las chicas lo bailan entre ellas
como si suplicar a dios se pudiera bailar con alegria,
era la última papelera y el ángel que cojea no ha encontrado nada
solo una botella vacia
y periódicos que mira y luego devuelve a la papelera,
y la música
el frio
y la pobreza
entra hasta las entrañas,
se ha levantado un poco de viento caminando por la avenida
que se aleja
de la vida
y de la lucha,
no se que decir mientras pasa el tiempo
solo se hablar con el alma
como los coros de las iglesias,
solo puedo rezar
y  llorar,
el mundo está lleno de ángeles
y de campos sagrados
de piedad
de profetas
de santos
de mártires
y de instantes mágicos,
el mundo está lleno de injusticia
y de mentiras
mientras espera a que regrese un buen verano