LA RESISTENCIA

Me gustan esos días que empiezan
como si la mañana hubiera tirado por ti la toalla
contra
el
suelo
de
la
habitación,
y escuchas en tus oídos como tu enemigo y los de su esquina
y el público entero gritan de alegría entre el silencio inmenso
de la ciudad aun dormida,
me gustan esos días en
los que el punto de salida es la derrota
y la meta es una victoria,
o sino una victoria lo que queda después de asimilar esa derrota
y que cuando te quieres dar cuenta
se ha convertido ya en toda una filosofía de resistencia
que tienes que ir templando
despacio entre el tráfico
como se templan los sentimientos
con ese ritmo diferente a como se doma el alma de un caballo salvaje,
más parecido al alma del acero contra el yunque,
más parecido a la técnica
de los marineros que dominan las mareas
que con un solo vistazo ya saben cuando pueden salir a pescar
o cuando solo vale rezar,
igual que tu sabes cuando vas a brillar
y cuando la verdad te va a golpear como el sol golpea
a cierta hora a los edifcios gigantes
de cristal y a los tragaluces de los tejados
y que ni siquiera el cielo gris lo puede evitar,
y brillarás como los ojos de las hienas
en la noche
acechando a su presa esperando a que se rinda
sabiendo que aguantarás mas que ella,
y brillarás como los contenedores y los coches que queman los chavales
puestos de acido
en la ciudad oscura
igual que la sociedad intenta quemar en su genética el instinto libertad,
y conseguiras vengarte
trazando un plan de avance entre el tráfico
con el título de resistencia
para convertir la deorrota en un escenario
y en algo desolado y de ritmo extraño
y sabes que si lo haces con estética nadie podrá culparte
de nada
y podrás llegar a la noche
y subirte a ella como una bestia dulce
se sube a un ring a combatir contra los sueños
creyendo que cuando le sacudan con el amor perdido
y con sus símbolos se podrá mantener en pie
con solo el poder de su técnica
sea la que sea