Veo esa luz cegadora al final del tunel de la que tanto hablan
puedo sentirla en la habitación
mientras le hago una corona a la soledad
con un papel en blanco limpio y resplancendiente
con las cosas que brillan que encuentro por aquí tiradas
las botellas luminosas
el humo de cada calada atravesado por un rayo que entra por la ventana
las gotas de lluvia escurriendo por el cristal
y la perspectiva impresionista de la calles a lo lejos
con las luces de los coches reflejadas en un suelo de espejo
la gente caminando bajo sus paraguas mojados
y el parque lleno de árboles verde fluorescente
con unas piernas
y un escote
deslumbrantes llenos de sexo
y puedo atravesar esa luz al final del tunel
y ver lo que hay detrás
puedo ver a los vivos tapando mi cadaver
con una sábana
haciendo números
recordando
y pensando
que ya no estoy y que me he marchado
pero se confunden
estoy aquí viéndolo todo a través de un espejo mágico
veo como se quedan mis cosas sagradas
y presumen de ellas
como si fueran suyas
puedo ver a los gusanos
entrando dentro de mi cuerpo
por la boca
como se comen mis ojos
y siento como se comen mis sesos
mi pensamiento
y todo lo que he hecho
y también puedo ver
como pasa toda la vida
puedo ver cuando nací
a mis padres abrazándome
recien nacido
la casa donde creci una mañana de verano
con el árbol de la entrada
lleno de luz
y puedo sentir algo siniestro en el estomago
adviertiéndome
al ver a mi vecina tan arreglada
que los sentimientos fueron demasiado grandes
y que el amor no era para mi
que desde pequeño nací para sufrir
y puedo sentir la primera parte del camino
que hacen los muertos
puedo elegir en que reencarnarme
en poeta
o en guerrero
pienso demasiado lento
ahí fuera el tiempo corre en mi contra
creo que elegiré cucaracha
igual algún día sale un buen poema
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