Dentro de unos años

En verano la gente escapa de esta ciudad al mar o a la montaña
o simplemente escapan,
yo escapo al papel en blanco
pero
no busco la verdad ni nada que se le parezca,
solo quiero que pase el tiempo
mirando en las palabras que se van formando algún recuerdo
o alguna idea antes de que se difuminen para siempre
como esas nubes pasajeras en el cielo de los parques.
Cuando me tapo los oidos aquí tumbado
la ciudad deja de sonar
el cielo se hace mas azul
y los pajaros pasan en vuelo rasante descarado
hasta casi poder tocarlos con la mano
las moscas y las abejas revolotean sobre la cabeza
y los niños gritan y hablan entre ellos como si yo no existiera,
cuando me tumbo en el banco
noto como si yo formara parte de este decorado de ciudad que alterna
un poco de vida y el resto de muerte,
y me quedo adormecido mirando la luz entre las hojas de los árboles
mecidas por el sonido del viento y el ruido de la autopista,
los animales y los niños nos ven como otros animales u otros niños
que hemos cambiado demasiado y nos hemos vuelto diferentes
y peligrosos.....
y cambiarán aún mas hasta ser una especie diferente y mirar a las hombres de ahora
intrigados por lo que tienen en la cabeza
y por su extraña belleza animal,
y en porque tienen tanto miedo de todo
y porque hacen siempre lo mismo aunque sepan que no está bien y
que solo les lleva a la infelicidad, y en porque cuando se tapan los oidos
y dejan de pensar
y consiguen dejar la mente en blanco
tumbados
y medio dormidos
el hombre antiguo se acerca a ellos con tanto descaro
como pájaros en vuelo rasante o turistas haciéndose fotos enfrente
de las estatuas de piedra de los dioses,
me gusta mirar al cielo a través de las hojas mientras estoy tumbado en el banco
y quedarme dormido delante de todo el mundo,
y escucho como se acercan los niños
y se rien,
y me ponen unas hojas por encima y los otros padres les llaman
y yo saco un billete de 10 sin abandonar el sueño
sin moverme un milímetro del centro de gravedad de mis pensamientos
y digo
ir a por unos helados
y desaparecen gritando como animales,
dormir dentro de la ciudad soñando lo mismo que sueñan las cosas
dejándote llevar
en un sueño único
en el que cada segundo vale por un siglo de sueño normal