Un poco dormido

En verano salgo a dar un paseo mas o menos a eso de las 8 de la tarde,
 a esa hora mi sombra es capaz de alargarse
y estirarse sobre las paredes de los edificios y sentir
la roca primigenia de la que están hechos antes de que las convirtieran
en fachada o en esquina que dobla hacia alguna calle más tranquila,
y puedo ver también como mi sombra toca a las personas a lo lejos
y puedo saber de donde vienen sus pensamientos
y si son fachada o tienen detrás algo que hace esquina hacia un mundo mas oscuro
y mas profundo,
a esa hora la tarde esta tocando una sinfonia de autobús y chicharra
en sol lateral
viento caliente
coros de los coches
y conversaciones de las mujeres que han salido del trabajo
con las piernas
cruzadas
en las terrazas,
yo no soy de esos que encuentran placer en cuidarse
prefiero un simple paseo por la calle fumando camino a ninguna parte
y disfrutar de todas esas pequeñas cosas que esconden detrás algo más grande
y evitar que se vayan sin que nadie las detenga por el desagüe del tiempo
e irme yo con ellas por su oscuridad 
ayudado por el perro-guía del ciego
que espera en el semáforo parado
tan elegante,

en la entrada del mercado hay un loco pidiendo que parace que se rié solo
pero detrás entre unas cajas hay payaso escondido haciéndole
burla a la sociedad y por eso el loco se ríe sin parar,
y luego el payaso le recuerda al oido que hay ricos que no se conforman con ser ricos
y que se quedan con el dinero de los demás, entonces el loco que tanto se
reía se pone furioso dando gritos por la calle
él solo,
y me persigue una hoja arrastrada por el viento
pero no hay viento
y no quiero mirar atrás, prefiero vivir con miedo, y
alguien dice mi nombre mientras estoy huyendo
pero las cosas que me interesan
están ya demasiado lejos asi que ni me molesto,
y veo a lo lejos un cartel luminoso de la farmacia
con la cruz que se va formando
con puntos verdes
hasta que aparece el de 24 h
en rojo intermitente
y otra vez vuelven a empezar los puntos formando la cruz verde
sin que le importe nada repetirse
como un dia más seguido de otro
que ya solo ilusiona a los niños que están jugando en el parque,
y recojo el balón de basket que se les ha escapado
es redondo como el mundo
y pido permiso con la mirada para tirar a canasta
lo botó
lo huelo
apunto
y sonrío al ver que miran por si la voy a encestar,
pero yo no soy ningún héroe y les paso el mundo y me voy
a hablarle a los dioses como las señoras le hablan a sus perros
y a esperar esa tormenta de verano para que uno de esos rayos
que se ven en el horizonte
me despierte de este sueño con su estruendo